Mi nombre es Pedro, vivo en Lima Peru y practico Aikido hace 4 años y he visto todo tipo de probabilidades cuando uno compite, aunque finalmente se reducen solo a dos: ganar o perder.
El Aikido que yo practico es no combativo, vale decir que la competencia no existe, sin embargo al realizar una tecnica siempre una de las partes es proyectado al piso, a veces es una mujer a veces es un varon. A veces es una mujer que proyecta a otra a veces es una mujer que proyecta a un varon...
Cuando hay competencia surge la dualidad que asigna importancia a las circunstancias, ¿quien gano? ¿quien perdio? ¿quien quedo de pie? ¿quien cayo?.......
Competir significa siempre el esfuerzo de pasar por encima de alguien para dejarlo atras, por lo menos en segundo lugar.
Gracias a las enseñanzas de mi maestra aprecio mi capacidad de complementarme no solo con mis compañeros de practica sino con todo lo que me rodea.
Mi maestra es una señora de 1.50 mt de estatura de 55 años de edad y es capaz de desarmar e inmovilizar simultaneamente a cinco oponentes entrenados y armados con espadas de madera, oponentes estos que tienen menos de la mitad de su edad y varios centimetros mas de altura.
Y todo desde la no fuerza la no resistencia y sin dejarlos en ningun lugar detras de ella porque no hay competencia, solo el fluir de la energia.
En gassho Pedro.